Semanas atrás, el Dr. Rodrigo Gibilisco –investigador del CONICET y docente de la Especialización en Química Ambiental de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ), de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)- dialogó con el programa Data Universitaria (Canal 10 y Canal U) sobre la importancia del monitoreo de la calidad del aire. A su vez, comentó detalles de su proyecto “Respira para cambiar” (“Breathe to change”), ganador del premio de la fundación alemana Alexander von Humboldt.
“La importancia de saber qué hay en el aire que respiramos se hizo más evidente en la actualidad debido a la pandemia por coronavirus (…) Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire mata anualmente a siete millones de personas en el mundo, y se estima que nueve de cada 10 personas en el planeta respiran un aire contaminado”.
Sin embargo, en distintos países, incluida Argentina, aún faltan herramientas para monitorear la calidad del aire debido a los altos costos que implica esa medida. Según Gibilisco, sin datos no se puede identificar el problema para trabajar luego en una solución, de allí que su proyecto busca compensar la falta de monitoreo en la calidad del aire y construir sistemas institucionales para el abordaje de esta problemática ambiental.
“Existe evidencia científica que demuestra cómo las personas que están expuestas a respirar un aire que está cargado de este material particulado son más propensas a sufrir enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cognitivas. Por ejemplo, problemas de aprendizaje en niños y Alzheimer en personas mayores”, describió el científico egresado de la FCQ (UNC), que actualmente se desempeña en el Instituto de Química del Noroeste (INQUINOA).
Para Gibilisco, aún existe falta de conciencia social e institucional sobre la necesidad de conocer las características del aire que respiramos. “Es diferente cuando podemos visualizar un problema. Por ejemplo, si tenemos un vaso de agua que está sucio, no vamos a tomarlo y buscaremos un vaso que esté limpio, pero con el aire no ocurre lo mismo. Por un lado, porque a veces no es posible visualizar los contaminantes porque son invisibles al ojo humano y por el otro lado no tenemos opción de elegir “ir a comprar” aire puro para respirar”, graficó el Doctor en Ciencias Químicas.
El proyecto “Respira para cambiar” involucra a un equipo multidisciplinario e internacional, con integrantes de Argentina y Alemania. El monitoreo del aire comenzará en Tucumán y, luego, la idea es extenderlo a otras regiones del país.
Autorización de la publicación: Dra. Cristina Motrán, directora de la Escuela de Posgrado (FCQ, UNC), y Dra. Valeria Amé, directora de la Especialización en Química Ambiental (FCQ, UNC).