Por Mgter. Georgina Oberto y Dra. Natalia Cervilla, integrantes del Consejo Académico de la Maestría en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (MACyTA), de la UNC.
El martes 26 de octubre de 2021, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, más conocida como Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos.
Una de sus principales iniciativas es el rotulado de alimentos envasados (procesados y ultraprocesados) con una serie de sellos octogonales negros con letras de color blanco que “advierten” cuando se trata de un alimento con exceso de sodio, azúcar, grasas saturadas y calorías, considerados nutrientes críticos para la población por su relación con el incremento de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades no transmisibles.
Al igual que en otros países de América latina donde ya funciona este sistema –como el caso de Chile- el objetivo es brindar información nutricional, de fácil comprensión e identificación, para contribuir con el derecho de consumidores y consumidoras a disponer de datos para elegir adecuadamente qué alimentos les conviene consumir.
Más allá de los rótulos, la ley incorpora otras medidas para proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes en cuanto a la calidad de la alimentación que reciben. La nueva norma contempla la Educación Alimentaria Nutricional (EAN) en las escuelas, ya que propone la incorporación de estrategias y didácticas destinadas a sumar contenidos de alimentación y nutrición en las currículas escolares de todos los niveles.
Batalla contra la malnutrición infantil
Según datos oficiales, el 66 por ciento de la población argentina tiene exceso de peso. Entre chicos y chicas de 5 a 17 años, el 41 por ciento tiene exceso de peso y entre menores de cinco años, el 13,6 por ciento posee sobrepeso. La nueva ley viene a atacar a este problema.
La Educación Alimentaria Nutricional implementada y sostenida en los niveles educativos, especialmente durante la primera y la segunda infancia, representa una ventana de oportunidades para los niños y las niñas, ya que constituye una etapa en la que sus hábitos alimentarios están en formación, y éstos influirán en su salud en el mediano y largo plazo.
La Ley de Promoción de la Alimentación Saludable hace énfasis en la necesidad de proteger y velar por los derechos de niños, niñas y adolescentes en relación al Derecho a la Alimentación, entendido como el “derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos…”, que les dé la oportunidad de llegar a ser adultos saludables, sin factores de riesgo o enfermedades que afecten sus proyectos de vida.
Infantes y adolescentes representan grupos de riesgo a padecer sobrepeso y obesidad por su vulnerabilidad a las influencias externas como la adopción de conductas de moda, la imitación de pares o la influencia de figuras reconocidas, entre otras. En este sentido, los artículos 9 y 13 de la Ley, hacen referencia a estos grupos poblacionales e incluyen distintas medidas.
Las marcas de alimentos que contengan al menos un sello de advertencia, no podrán:
-Hacer publicidad dirigida a estos grupos, incluidos los establecimientos educativos.
-Realizar entregas gratuitas dirigidas a infantes y adolescentes.
-Acompañar algún tipo de atracción comercial.
-Ser comercializados en establecimientos de educación inicial, primaria y secundaria.
El rol de las escuelas
En el marco de la promoción de la salud, la ley también acompañará iniciativas relacionadas a la implementación de cantinas y kioscos que contemplen una oferta de bebidas y alimentos sanos y equilibrados en los entornos escolares para que estudiantes cuenten con opciones de colaciones saludables.
En ese sentido, algunas instituciones de nivel inicial proponen una merienda semanal pautada, que incluye una selección de alimentos saludables para compartir en el momento de la colación. Esta propuesta puede acompañar a las familias en la elección de alimentos que se llevan a la escuela, para que niños y niñas no perciban diferencias y puedan probar opciones saludables, que no componen su alimentación cotidiana.
La Educación Alimentaria y Nutricional dirigida a infantes y adolescentes incentiva una actitud crítica ante los alimentos, con el fin de discernir entre lo que es saludable y no lo es, para que ellos y ellas puedan elegir en un mundo que cambia rápidamente. En la actualidad, existe una continua diversificación de alimentos procesados y una pérdida de estilos de alimentación a nivel familiar.
Para alcanzar estos objetivos, se requieren de programas educativos y currículas escolares adecuadas a cada nivel, articuladas, integrales y sostenidas. La escuela tiene un rol significativo en la elaboración de saberes y habilidades de sus estudiantes, saberes que son trasladados al núcleo familiar y compartidos entre sus miembros.
En ese sentido, la EAN en los entornos escolares resulta una oportunidad para brindar herramientas destinadas a que niños y niñas sean sujetos de derecho autónomos/as y construyan una conciencia crítica en relación a sus prácticas alimentarias.