Por Lic. Andrea Baptista
Docente de la Especialización en Química Ambiental de la Facultad de Ciencias Químicas (UNC). Investigadora del Laboratorio Universitario de Química y Contaminación del Aire (LUQCA, FCQ, UNC) y del INFIQC (CONICET). Doctoranda en Ciencias Químicas (FCQ, UNC).
Monitoreos del aire realizados en 2021 en el centro de la ciudad de Córdoba mostraron que no se superan los límites aceptables por la legislación para el dióxido de nitrógeno (NO2) y de contaminantes orgánicos. Sin embargo, es necesario reducir la cantidad de emisión de estos contaminantes, identificando las posibles fuentes y buscando incorporar tecnologías más amigables con el medio ambiente. Además, los estudios advirtieron una marcada incidencia de factores climatológicos o eventos como incendios forestales originados en las sierras en el aumento de estos agentes contaminantes. Los monitoreos se llevaron adelante a través del Laboratorio Universitario de Química y Contaminación del Aire (LUQCA), de la Facultad de Ciencias Químicas (UNC).
En las últimas décadas, debido al rápido crecimiento de las ciudades, la expansión industrial, el uso extensivo de combustibles fósiles y el incremento de vehículos de motor, los niveles de contaminación del aire urbano han aumentado considerablemente. La compleja mezcla de componentes tóxicos en la atmósfera urbana puede inducir a respuestas agudas y crónicas en los grupos sensibles, tales como niños/as y personas con insuficiencias cardíacas y respiratorias.
Inclusive, los niveles de contaminación del aire han llegado a relacionarse directamente con la letalidad en los casos de personas afectadas con COVID-19, que han estado expuestas a una deficiente calidad del aire en algunas ciudades de China. En poblaciones con mayor contaminación los habitantes han revelado un sistema respiratorio más propenso a desarrollar síndrome de dificultad respiratoria aguda grave (SDRA), complicación asociada al COVID-19.
¿Qué sucede con esta problemática ambiental en Córdoba?
La Capital provincial posee características particulares en cuanto a su relieve topográfico irregular en forma cónica, lo cual prolonga la presencia de los contaminantes en el ejido urbano e impide la dispersión de los mismos. Sumado a eso, los incendios que suelen tener lugar en las sierras de alrededores -durante la primavera y el verano, especialmente- pueden causar episodios de contaminación del aire.
Avances de los últimos estudios de campo realizados desde el LUQCA en el periodo 2020-2021 -llevados a cabo en el centro de la ciudad de Córdoba (calle Paraná y boulevard Umberto Arturo Illia)- indicaron la presencia de compuestos aromáticos -benceno, tolueno, xileno (BTEX)- en cantidades significativas, como así también de contaminantes parcialmente oxigenados como formaldehido, acetona, acroleína (carbonílicos), entre otros compuestos perjudiciales para el sistema respiratorio, provenientes en su mayoría del tránsito vehicular y de las actividades industriales y agropecuarias.
Medidor de aire.
El objetivo de la investigación fue identificar, cuantificar y otorgar una caracterización temporal de los contaminantes. El monitoreo permitió conocer el comportamiento en términos de concentración de cada contaminante en función de las condiciones climatológicas (dirección de los vientos, precipitaciones, temperaturas), propias de cada estación del año. A su vez, buscó relacionar el comportamiento de los contaminantes con la actividad socioeconómica de la sociedad cordobesa.
Seguir monitoreando la presencia de contaminantes orgánicos e inorgánicos y de material particulado fino que puede ser inhalado por la población es muy importante. Esto resulta fundamental para promover la relevancia de este tipo de estudios y su incidencia directa en la salud y la biota (conjunto de flora y de fauna) de esta Ciudad.
Algunos compuestos orgánicos volátiles (COVs) emitidos a la atmósfera tienen incidencia directa sobre la salud de la comunidad, tal es el caso del benceno, clasificado como un agente carcinogénico, o de aldehídos y cetonas (compuestos carbonílicos), los cuales pueden ocasionar efectos adversos como irritantes sobre las vías respiratorias.
Laboratorio Universitario de Química y Contaminación del Aire (LUQCA), de FCQ (UNC).
Algunos datos a tener en cuenta de los principales contaminantes que pueden encontrarse en el aire de Córdoba:
- Dióxido de nitrógeno y monóxido de nitrógeno conocidos como NOx (NO/NO2 ): el NO es un contaminante primario que se emite al aire desde el tubo de escape de los automóviles o chimeneas industriales. Una vez que se emite este contaminante, por reacción química con los compuestos orgánicos volátiles (COVs) y presencia de luz solar, se forma el NO2 (contaminante secundario). La exposición a NO/NO2 incluso a niveles bajo produce irritación en los ojos y garganta, ya que es altamente irritante y nocivo para los seres vivos. Asimismo, la exposición a niveles altos puede provocar limitaciones en la oxigenación de los tejidos del cuerpo y daños en el sistema respiratorio.
- Benceno: la principal fuente de emisión la constituye la quema de combustible (nafta y Diesel) y emisiones industriales. Otras fuentes significativas son las emisiones volcánicas, la quema de biomasa vegetal y residuos agroindustriales. El benceno es clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un carcinógeno del grupo 1 en todos sus niveles. La exposición a este contaminante en bajas concentraciones puede ocasionar desde mareo, dificultad respiratoria hasta generar daños en el sistema respiratorio o algún tipo de cáncer.
- Aldehídos y cetonas (compuestos carbonílicos): esta familia de contaminantes primarios son emitidos a partir de fuentes puntuales (chimeneas, tubo de escape de automóviles) o también pueden generarse de forma secundaria a partir de la oxidación y/o degradación por acción de la luz de otros contaminantes. Particularmente, existe una contribución de aldehídos -por ejemplo, el formaldehido- a partir de la quema de combustible y calefacciones. De forma natural, la vegetación también puede emitir aldehídos y cetonas. Los efectos adversos de estos compuestos son irritantes y algunos carcinogénicos, como es el caso del formaldehido. Los aldehídos y cetonas también pueden originar un tipo de compuesto altamente contaminante y persistente: nitratos de peroxiacetil (PAN). En tanto, la acroleína, otro compuesto carbonílico, se emite a partir de la quema de biomasa (incendios) y sus efectos adversos incluyen una significativa irritación en las vías respiratorias.
Autorización de la publicación: Dra. Cristina Motrán, directora de la Escuela de Posgrado (UNC).