Química y nuevos derechos: qué son las terapias hormonales de transición de género

Tanto en Córdoba como en el país aún faltan profesionales con formación específica para atender las demandas de salud integral trans, entre ellas las terapias hormonales de transición de género. En el campo científico se repiten estas carencias, lo que representa una oportunidad para quienes egresan de carreras vinculadas con la salud. En la FCQ, desde la cátedra de Endocrinología y proyectos de extensión, Dana Negretti Borga viene impulsando un inédito trabajo destinado a brindar nuevas herramientas a profesionales de bioquímica de la provincia de Córdoba.

El 9 de mayo de 2012, el Congreso argentino sancionó la Ley N° 26.743 de Identidad de Género. Entre sus particularidades, la normativa indica que todas las identidades sexo-genéricas son propias de la diversidad humana, por lo que no deben ser abordadas como “patologías a tratar”, de allí su innovador “enfoque despatologizador”.

A 11 años de la Ley ¿cómo impactó este nuevo derecho en las ciencias químicas? ¿Desde qué lugar la investigación universitaria comenzó a abordar la identidad de género para sumar sus saberes a la concreción de este nuevo derecho, en el marco de la salud pública? “La situación actual ha mejorado luego de la sanción de la Ley de Identidad de Género y en especial en los últimos años gracias a su aplicación cada vez más concreta, pero aún quedan muchas demandas pendientes para garantizar la salud integral trans”, asegura la bioquímica Dana Negretti Borga, doctoranda de la Facultad de Ciencias Químicas (UNC) que se especializa en terapias hormonales de transición de género.

El término trans refiere a personas que tienen una vivencia interna e individual del género que no se corresponde con el sexo asignado al nacer. La ley resguarda los derechos de estas comunidades en diversos aspectos y uno de ellos implica la transición de género, que puede ser social, farmacológica y/o quirúrgica.

Precisamente, este es uno de los nuevos campos desde los cuales las ciencias químicas vienen trabajando con el fin de acompañar la normativa desde un abordaje con perspectiva de género, que ponga de relevancia el estudio y la clínica de este tipo de terapias desde el interior del país. “Creo que en Córdoba hay acceso a estos tratamientos desde un enfoque despatologizador, especialmente en los “consultorios amigables” (con perspectiva de género). El desafío es que este trato respetuoso pueda lograrse en todos los centros de salud”.

Dice Dana Negretti, que comenzó a especializarse en la temática desde su etapa de estudiante de bioquímica, impulsada por su militancia y activismo feminista mientras realizaba voluntariados en territorios populares, donde conoció mujeres trans de quienes aprendió mucho pero que murieron muy jóvenes. Luego, realizó una maestría en Investigación Traslacional y Medicina Personalizada en España y se sumó como profesora asistente de la cátedra de Endocrinología de la FCQ, en la que comenzaron a incluirse estos temas en la currícula obligatoria, guiada por las docentes e investigadoras Claudia Pellizas y María del Mar Montesinos, dos referentes de la endocrinología en Córdoba. 

Entre pipetas, estadísticas y papers, la joven científica nos ayudó a conocer más de cerca el contexto en que se inserta su trabajo y de qué modo el conocimiento científico generado en la Universidad pública y gratuita puede impactar de manera concreta no sólo en los cuerpos sino también en los procesos afectivos que las personas trans deciden emprender. 

- ¿En qué consisten las terapias hormonales (TH) de transición de género?

- Son herramientas farmacológicas que tienen como principales objetivos disminuir los niveles séricos endógenos de hormonas asociadas a la aparición de caracteres sexuales secundarios no deseados, y sustituir con hormonas esteroideas exógenas que permitan la aparición de caracteres sexuales secundarios acordes a la identidad de género autopercibida por esa persona. En adultos, las TH pueden ser masculinizantes (THM), con administración de testosterona (T), o feminizantes (THF), con uso combinado de estrógenos y antiandrógenos. En niñeces y adolescencias cercanas a la pubertad, se pueden utilizar bloqueadores puberales, como los análogos de Hormona Liberadora de Gonadotrofina.

- Actualmente, ¿cuál es la situación de las personas trans que requieren este tipo de tratamientos en Córdoba? 

- Uno de los principales problemas a la hora de hacer investigación sobre la comunidad trans es que no hay estadísticas oficiales sobre esta población en Argentina, lo que también es una barrera a nivel internacional. Parte de este problema se debe a que no contamos con herramientas de registro que permitan ingresar datos sobre una posible transición de género o, dicho de otro modo, los registros están realizados en un formato binario donde sólo se contemplan las categorías femenina o masculina.

En Córdoba, algunos de los índices con los que contamos es la cantidad de personas que acuden al sistema de salud público en busca de hormonizaciones para realizar una transición de género. Por ejemplo, el Hospital Córdoba atiende aproximadamente a 400 pacientes de TH de Transición de Género, de los cuales aproximadamente 140 utilizan THM y 60 THF.

- ¿Y cómo es el procedimiento para que puedan acceder a esos tratamientos?

- Las personas interesadas en transicionar mediante uso de hormonas suelen pedir una consulta primero en el Servicio de Endocrinología. En general, eligen el hospital por recomendaciones, valorando particularmente el trato respetuoso y la profesionalidad. 

En Córdoba capital, los servicios públicos son los que más trayectoria tienen en la temática: para tratamientos en adultos/as, por ejemplo, se destacan el Hospital Córdoba y el Príncipe de Asturias, y se van sumando instituciones privadas, como la Clínica Universitaria Reina Fabiola. En pediatría, el Hospital de Niños de la Santísima Trinidad cuenta con unas primeras experiencias de inhibición puberal. 

En todos estos casos, la primera consulta es para interiorizarse, exponer los efectos deseados por cada persona y tener mayores herramientas para tomar la decisión de comenzar o no con la hormonización. Si se decide seguir adelante, lo primero que se realiza son estudios bioquímicos para evaluar cómo es la línea de base de la cual parte esa persona. Luego, se comienza con el tratamiento de modo personalizado. Según el caso y la disponibilidad, pueden ser administraciones orales, en gel y/o inyecciones. Durante el primer año se hacen controles bioquímicos cada tres meses y luego con una periodicidad semestral o anual.

-Según su experiencia ¿cuál es el principal problema en esta etapa del tratamiento?

-El tiempo de espera para la primera consulta: hay hospitales con demoras de tres meses aproximadamente para recibir pacientes, esto se debe a la poca cantidad de profesionales dedicados/as a este tipo de atención. Otro problema en las masculinidades trans es el suministro discontinuo de testosterona inyectable: este fármaco no tiene producción nacional y en varios períodos se encuentra en falta en todo el país.

La salud pública y el sistema científico ante la vulnerabilidad trans

Si bien la Ley de Identidad de Género lleva más de una década, la comunidad trans sigue esperando respuestas vinculadas no sólo con cuestiones sociales sino también de salud integral. En este último caso, cobran relevancia las terapias hormonales, desde el pleno acceso a la información hasta los tratamientos en centros de salud. Estas carencias siguen propiciando la vulnerabilidad de las personas trans en Argentina.

“Algunas de las demandas dirigidas al campo médico se focalizan en recibir una atención de calidad y conocer plenamente los riesgos y contraindicaciones de los tratamientos, especialmente las terapias hormonales: mejorar su acceso a la salud integral y generar conocimientos orientados a mejorar su calidad de vida son desafíos vigentes a nivel internacional, así como disponer de financiamiento público o capacitar a profesionales sobre intervenciones biomédicas trans-específicas”, ejemplifica Negretti Borga.

Esta es una de las carencias más significativas que va en detrimento de los derechos que busca garantizar la normativa en materia de salud. Por eso, para Dana Negretti Borga es muy importante “hablar sobre el tema, hacer docencia especialmente entre profesionales de la salud. A mediano plazo, hace falta incorporar políticas públicas de salud integral trans y generar investigaciones que permitan mejorar el manejo clínico de estos tratamientos”.

En ese sentido, hay estudios emprendidos desde el sistema científico cordobés desde las ciencias sociales, pero  son escasos dentro de las ciencias biomédicas, por lo que constituye otro de los temas pendientes para la comunidad universitaria vinculada con la salud. Si bien existen antecedentes, actualmente, en la FCQ no hay líneas de investigación sobre esta temática, y la mayoría de las iniciativas vienen emprendiéndose desde la cátedra y la especialización en Endocrinología. 

Haciendo historia desde la FCQ

En Argentina, la población trans tiene derecho a acceder a terapias hormonales integrales con el fin de adecuar su cuerpo a la identidad de género autopercibida. Son tratamientos gratuitos, que involucran al sistema de salud integral. “La terapia hormonal de transición de género debe ser individualizada, basada en las metas de cada persona, la relación riesgo/beneficio de los medicamentos y la presencia de otras condiciones médicas”, explica Negretti Borga. Sin embargo, hasta el momento no existe una política específica destinada a potenciar el conocimiento científico sobre este tipo de tratamientos

En la FCQ el principal antecedente sobre transición de género es el informe “Tratamiento farmacológico para personas trans adultas” (2016), presentado por Nancy Solá, del Centro de Información de Medicamentos (CIME). Actualmente, existen otras iniciativas como el proyecto de extensión “El rol del laboratorio de bioquímica clínica en las terapias hormonales de transición de género” el cual dirijo, desde donde estamos creando un curso gratuito online a dictarse próximamente para profesionales de bioquímica. Se trata de ideas emprendidas desde la Facultad junto al ministerio de Salud de la provincia de Córdoba.

En materia académica, los principales aportes desde la bioquímica vienen generándose en la cátedra de Endocrinología, donde Negretti Borga es profesora asistente, y en la Especialización en el área Endocrinología que dicta la Escuela de Posgrado, aunque aún no existe una formación específica. “En 2021 incorporamos por primera vez una clase teórica sobre el monitoreo bioquímico de las terapias hormonales de transición de género, lo cual dio lugar a múltiples conversatorios públicos y entrevistas”, recuerda la científica. 

Más allá de estos trabajos aislados emprendidos desde la Facultad con el apoyo del Ministerio de Salud provincial, existen otros cursos virtuales de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM). El aporte de las ciencias químicas a los derechos que implica la Ley de Identidad de Género sigue siendo una oportunidad para la comunidad científica cordobesa. 

“Con el proyecto de extensión y las iniciativas académicas de la Facultad, apuntamos a llegar a toda la comunidad de profesionales de la bioquímica de Córdoba con el fin de que tengan elementos básicos para la interpretación de resultados, ya que varias determinaciones de rutina se ven afectadas por la hormonización. Si bien con nuestros estudios sobre terapias hormonales no trabajamos directamente con personas trans, estamos en comunicación con organizaciones para dialogar y acercar sus demandas a profesionales de la salud, especialmente de la bioquímica, quienes se ocupan de atenderles”, asegura la científica que a fines de junio participó de una jornada en la FCQ y en agosto representará al CONICET en el II Congreso Internacional de Ciencia y Género

Hacer ciencia con perspectiva de género y enfoque de derechos no es una consigna vacía. Se trata de un desafío científico acorde a los derechos sociales del siglo XXI, a los que la Universidad pública, laica y gratuita debe responder.

Desde la Facultad, trabajos como el de Dana Negretti Borga -junto a referentes de la endocrinología cordobesa- vienen marcando el rumbo con investigaciones de excelencia académica, que incluyen el objetivo de dar respuesta a las demandas de sectores que aún siguen siendo vulnerados.