Museo de Ciencias Interactivo | Conocimiento científico y armas químicas

Dra. Natalia Pacioni.

 

Por Dra. Natalia Pacioni

Docente-investigadora en INFIQC - Departamento de Química Orgánica (FCQ-UNC).

Espacio “¿Héroes o villanos?: las dos caras de los elementos” (Museo de Ciencias Interactivo, FCQ, UNC). 

 

Cloro: elemento de la tabla periódica usualmente asociado con el mantenimiento del agua en las piscinas y la potabilización del agua de red, entre otros usos. Cloro: primer arma química utilizada en una guerra. La dualidad del empleo del conocimiento en química es evidente en este ejemplo. En diferentes situaciones históricas, el conocimiento ha sido relevante como elemento de poder ante quien lo ignora. 

El primer uso a escala masiva de un arma química se dio en Ypres (Bélgica), el 15 de abril de 1915, cuando el ejército alemán liberó el contenido de tubos de cloro en la dirección de las trincheras enemigas. El artífice intelectual de esta acción fue el químico Fritz Haber. 

Luego de la primera Guerra Mundial se fueron estableciendo diferentes acuerdos entre Estados para evitar el uso de armas químicas en conflictos bélicos, aunque no fue hasta 1993 que se comenzó a dar realmente forma a lo que es hoy la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ), que entró en vigor el 29 de abril de 1997. 

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A partir de esa fecha, empezó a funcionar también la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que en la actualidad cuenta con 193 Estados miembros, entre ellos Argentina. En tanto, la Autoridad Nacional para la Convención contra las Armas Químicas (ANCAQ) es el ente que representa al país ante la OPAQ.

En la actualidad, el uso de armas químicas está prohibido según la Convención contra las Armas Químicas (CAQ), por lo que todo compuesto que puede ser utilizado como arma química o como precursor de un arma química se encuentra fuertemente regulado y controlado. Sin embargo, por estos días, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha vuelto a poner en agenda los riesgos que representa el uso de la química para estos fines. 

Amenazas y controles 

Algunos de los compuestos químicos más conocidos que han sido empleados como armas son el sarín, el fosgeno y el agente naranja. Al sarín se le atribuye su uso en algunos conflictos del siglo XXI como, por ejemplo, el caso de Siria, en 2017

Además de las muertes provocadas por su utilización, otra consecuencia de estas armas químicas es el efecto psicológico de una amenaza latente y la generación de estados de paranoia en la población, lo cual resulta toda una amenaza en este tipo de contextos. 

¿Qué hacen, entonces, los Estados para impedir que esto suceda? Todo Estado que ha firmado y ratificado el Tratado de la CAQ se compromete al desarme químico, a la no proliferación o resurgimiento de nuevas armas químicas y a la vigilancia periódica para evitarlo.

 

 

En su artículo XII, la convención establece que “si un Estado parte al que el Consejo Ejecutivo haya solicitado que adopte medidas para remediar una situación que suscite problemas con respecto al cumplimiento, no atiende la solicitud dentro del plazo especificado, la Conferencia podrá, entre otras cosas, por recomendación del Consejo Ejecutivo, restringir o dejar en suspenso los derechos y privilegios que atribuye al Estado parte la presente Convención hasta que adopte las medidas necesarias para cumplir las obligaciones que haya contraído por ella”.

En tanto, si las actividades suponen un perjuicio grave, la Conferencia podrá recomendar medidas colectivas a los Estados miembros, según el derecho internacional, e incluso someter la cuestión a la atención de la Asamblea General y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, especialmente cuando se trate de situaciones críticas. 

Prevención y divulgación, con mirada cordobesa

Uno de los órganos subsidiarios de la OPAQ es el Consejo Consultivo en Enseñanza y Divulgación (ABEO), que proporciona asesoramiento especializado relacionado con el mandato de la OPAQ en los ámbitos de la enseñanza y de la divulgación.

El Consejo está formado por 15 expertos independientes en materias que incluyen la enseñanza en ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y otras disciplinas relevantes; la comunicación científica; la industria química; los problemas de doble uso o uso múltiple relacionados con la química y las ciencias de la vida; la ética y la convención, así como medidas internacionales conexas. 

Desde 2013, Argentina impulsa el Proyecto de educación en el uso responsable del conocimiento en químicas, una acción conjunta entre los entonces Ministerios de Educación a través de la Secretaría de Políticas Universitarias y el de Relaciones Exteriores, a través de la ANCAQ. En ese marco, surgió la Red Académica Universitaria de Reflexión y Cooperación con la ANCAQ, a la cual la Facultad de Ciencias Químicas (UNC) adhirió, según resolución HCD 493/13, creando la Comisión de Concientización y Ética Profesional (CEP).

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Espacio "¿Héroes o villanos?" del Museo de Ciencias Interactivo en la Noche de los Museos 2021. 

Esta Comisión se ocupa de realizar talleres, conferencias y actividades para demostrar a la comunidad internacional tres misiones: 1) la decisión de Argentina de no producir armas químicas; 2) el uso responsable del conocimiento y 3) el uso dual de la química. 

Desde entonces, la CEP trabaja desde Córdoba con una propuesta educativa, ofreciendo diversas campañas de concienciación. Desde 2014, a su vez, realiza una jornada de taller anual en la FCQ (UNC) con eje sobre el uso dual del conocimiento, haciendo hincapié en la responsabilidad social de científicos/as y profesionales. La actividad está destinada principalmente a estudiantes de grado, docentes universitarios y profesionales del sector. 

Desde 2019, todas estas acciones divulgativas también tienen lugar en “¿Héroes o villanos?: las dos caras de los elementos químicos”, un espacio ubicado dentro del sector “Química y física para un mundo mejor” del Museo de Ciencias Interactivo (MCI), de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ, UNC). 

En este caso, el objetivo es visibilizar esta problemática en la comunidad y promover la reflexión sobre el uso dual del conocimiento y de la química. Tal como ejemplificamos más arriba, un elemento químico tan conocido como el cloro puede ser utilizado con distintos fines y provocar también efectos adversos en las sociedades. 

En el Museo, el público tiene la posibilidad de conocer más sobre estas realidades que hoy preocupan a la humanidad a través de un juego de memotest, que incluye ejemplos concretos de los distintos usos que pueden tener los elementos químicos. 

Entre ellos, aparece el platino, utilizado como material médico (marcapasos, stents) pero también como catalizador en la producción de explosivos, o el tantalio, muy usado en componentes electrónicos como los dispositivos GPS, pero también en la fabricación de misiles teledirigidos.